Cada día subo una "historia" diferente pueden ser cortas o largas, espero les gusten n.n!!

lunes, 1 de octubre de 2012

Amor viajero..


Ella: ¿Qué haces?
Él: Nada, juego con una pelota jajaja... Te extraño.
Ella: Yo también, quiero verte. ¿Qué tan lejos está Roma de Madrid?
Él: Hmmm, no sé. Tengo una idea, pero dirás que estoy loco.
Ella: ¿Qué idea?
Él: No cuelgues, voy a cambiarme y a empacar algo de ropa.
Ella: ¡¿Qué?! ¿Ropa para qué? ¿De qué hablas?
Él: Te necesito; necesito verte.
Ella: Estás demente jajaja, no eres capaz.
Él: ¿Bromeas? Lo haré, pero tienes que hablarme todo el camino.

(Empaca, sale al auto y empieza a conducir)

Ella: Esto es una locura, aún no te creo capaz.
Él: Estoy decidido; ¡si no te veo me volveré loco, lo sé!

(Se oye un frenazo y cornetas de autos)

Él: ¡Sal de mi camino, idiota! ¡Voy a ver al amor de mi vida!
Ella: ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
Él: Sí, sólo un imbécil daltónico que no sabe la función de un semáforo.
Ella: Jajaja. Te amo.

(Él se queda pensativo unos segundos mientras conduce...)

Él: Yo también te amo.

(Llega al terminal y empieza a hablar con la encargada de los boletos)

Él: Señorita, ¿a qué hora sale el primer tren a Madrid?
Ella: ¡¿Es en serio?!
Srita: Sólo queda un boleto y sale en una hora aproximadamente.
Él: Perfecto; quiero ese boleto.
Ella: ¡Respóndeme! ¡Estás demente!
Él: Shhh. También quieres verme, ¿o no?
Srita: Aquí está, disfrute el viaje.
Él: Gracias.
Ella: ¡Qué nervios! ¿Cómo me haces esto? Estás loco, Angel.
Él: Jajaja. Así de loco me quieres.
Ella: ¡No! En serio, ¿estás seguro de lo que estás haciendo? ¿Dónde te vas a quedar?
Él: Jajajaja. Rayos, no lo había pensado. ¿Estás en tu computadora?
Ella: No, pero está cerca, ¿por qué?
Él: Consigue el número de un hotel cercano y me lo pasas, por favor.
Ella: Hmmm, bueno; ¿cómo llamarás sin colgar? Dijiste que hablaríamos todo el camino.
Él: Existe más de un teléfono en el mundo, mi cielo.
Ella: Tonto. ¿Tienes para anotar?
Él: Sí, dime.

(Ella le da el número del hotel)

Él: Jaja gracias; ya reservo.

(Él llama y reserva una habitación)

Ella: No lo puedo creer aún, de verdad.
Él: Cálmate; no es nada comparado con todo lo que yo haría por ti.
Ella: Cállate, eres un tonto.
Él: Te amo.
Ella: Yo también te amo.
Él: Estoy aburrido, divierteme mientras espero al maldito tren.
Ella: ¡No maldigas! Maldita sea.
Él: Jajaja tonta.
Ella: Estás demasiado demente.
Él: ¿No tienes otra cosa que decirme? Ya sé que estoy demente jajaja.
Ella: Hmmm, ¿cómo se supone que te divierto?
Él: No sé; creo que ya subiré al tren.
Ella: ¿Te dejan ir con el teléfono?
Él: Eso espero, dije que hablaríamos todo el camino.

(Entra al tren; por suerte, aún hablando por teléfono, Ella ríe con un tono de ironía)

El: ¿De qué te ríes?
Ella: De nosotros, esto es increíble.
El: Si no quieres no lo hago.
Ella: Jajaja estás en el tren, no hay vuelta atrás; a demás, si quiero y lo sabes.
El: Jajaja es verdad, igual no pienso dar marcha atrás.
Ella: ¿Qué se supone que le diré a mi mamá?
El: No sé, tampoco lo había pensado.
Ella: ¿A quién engañas? Tú no piensas jajaja.
El: Gracias, yo también te quiero, corazón. (Tono de ironía)
Ella: Sabes que sí jajaja.
El: Si no fuera así, no estaría en esta locura.
Ella: Dime qué ves.
El: Mucha gente, muchos asientos... (Mira por la ventana.) Hmmm, árboles, más gente, casas.
Ella: Quiero estar ahí contigo.
El: Aquí estarás cuando te secuestre y nos escapemos jaja.
Ella: ¡Sí, claro!
El: Esto se está moviendo ya.
Ella: Qué locura, no puedo creerlo.
El: Es real, nos veremos en unas horas.
Ella: ¿Qué llevarás puesto? ¿Cómo te reconozco? ¿Dónde nos veremos?
El: Cálmate, una pregunta a la vez jaja.
Ella: ¡Responde, no es chiste!
El: Sueter blanco, jeans, gorro blanco... ¿Podemos vernos en el parque del que me hablaste?
Ella: ¿El que está aquí cerca de donde vivo?
El: Sí, ese.
Ella: ¿Cómo sabrás cómo llegar aquí?
El: Preguntando, supongo, después me las arreglo, es lo de menos.
Ella: ¿Es en serio todo esto?
El: Amor, estoy montado en un tren; escuchaste mientras compraba el boleto; casi que me reservaste la habitación del hotel; ¿Te queda alguna duda?
Ella: Es que es tan surrealista; esto no pasa; no a mi.
El: Está pasando. Ahora dime: ¿cómo te reconoceré?
Ella: ¡Ni siquiera sé qué ponerme!
El: -En voz baja- Mujeres...
Ella: Cállate, te escuché.
El: Jajajaja perdón, perdón. ¡Ya dime!
Ella: ¡No lo sé! -Se levanta, busca entre su ropa- ¡No tengo nada para ponerme!
El: Qué exagerada, algo ha de haber; sino así mismo como estés.
Ella: ¡¿Qué?! No, estoy en pijama, Ángel.
El: No me importa lo que lleves puesto, me importa que seas tú. ¡Quiero verte ya!
Ella: Ya, después veré; mientras busco, dime qué ves.
El: El cielo...
Ella: ¿Cómo está? Descríbelo para mi.
El: Azul, con pocas nubes... Tienes que verlo, le tomaré una foto.
Ella: Tómate una foto a ti también.

(Le toma la foto a la ventanilla y una a él con los ojos cerrados con fuerza y sacando la lengua)

El: Ya está, salí feo, ya no me vas a querer.
Ella: Jajaja ¡Quiero verla!
El: Quiero una foto juntos. No, ¡quiero MUCHAS fotos juntos!
Ella: Qué vergüenza que me vean contigo, mejor no jajaja.
El: Jajaja ok. ¡Me quiero bajar del tren, el amor de mi vida ya no me quiere ver!
Ella: ¡Cállate, loco! Qué idiota eres, ¡qué idiota!
El: Tú te lo buscaste jajaja.
Ella: ¿Cuánto falta?
El: No lo sé, no mucho, supongo...

(Pasadas unas horas el tren se detiene, él se baja y busca su equipaje)

El: ¿Dónde puedo alquilar un auto? No te sacaré a pasear en bus jajaja

(Ella le dice el sitio, él para un taxi y va por un auto; luego empieza a conducir a la casa de ella)

El: ¿Dónde era?
Ella: ¿Dónde estás?
El: Jajaja no tengo idea. Espera, ya sé.

(Para otro taxi y le indica la dirección a donde va para que lo guíe)

El: Soy un genio; le dije a un taxista que me conduzca hacia allá.
Ella: ¡Y yo aún no sé qué ponerme!
El: Estoy cerca.
Ella: ¡¿Qué?! ¡¿Ya?!
El: Sí, pero antes tengo que comprar una cosa, tienes tiempo.
Ella: ¿Qué cosa?
El: ¿Qué te importa? Jajaja no te quiero decir.
Ella: ¡Dime!
El: Ehmm, nada, nada, ya voy para allá.
Ella: Hmmm ok.

(Se detiene en una floristería y compra la rosa más bella del lugar)

Ella: ¿Qué es eso que se oye? ¿Dónde estás?
El: Nada, ya voy en camino.
Ella: ¡Nunca me dices nada!
El: Ya tendrás oportunidad de golpearme por eso jajaja.
Ella: Sí, es lo primero que haré.
El: ¡Escucha! Pon atención.
Ella: ¿Qué?

(Le sube el volumen al radio del auto; se oye )

El: When I see your face...
Ella: ¡Te odio! Cantas feo, cállate.
El: No me importa, canta conmigo.
Ella: No, eres demasiado tonto jajaja.
El: Estoy en el hotel que me dijiste. ¿Ahora hacia dónde?

(Ella le indica la dirección y él llega a la puerta de la urbanización, donde habla con el vigilante)

El: Buenas tardes.
Vigilante: Sí, ¿qué se le ofrece?
El: Vengo a ver a Andrea Gutierrez. Casa número 10.
Vigilante: Ok, pasa.
El: Gracias.
Ella: ¡Dios!
El: Dios no; Ángel, por favor.
Ella: Imbécil jajaja.
El: Ya estoy afuera, no sé qué casa es la 10, así que iré al parque.
Ella: Espérame ahí.
El: Estoy nervioso, ya no quiero jajaja.
Ella: ¡Vete, pues!
El: ¿Después de todo lo que recorrí? Estás loca.
Ella: Ya estoy lista, voy para allá, ¿ya puedo colgar?
El: ¡No! Quiero verte llegar hablando por teléfono.
Ella: Jajaja ¿por qué?
El: ¿Qué haré mientras vienes? Hablarte me calma.

(Él está sentado en uno de los bancos del parque impaciente por verla y escondiendo la rosa detrás de sí. No para de reirse de los nervios por el teléfono y no puede evitar mirar hacia las casas a cada segundo para verla llegar. De pronto ve que alguien se acerca; una chica de cabello largo y castaño. La chica está sonriendo y sosteniendo un teléfono. Ella lo mira y baja la cabeza riendo de los nervios. Los dos se sonrojan. Él se levanta y va hacia donde está la chica.)

Ella: ¿Hola? Jajaja qué locura, en serio.
El: Wow...
Ella: ¿Qué? Cállate, estoy demasiado nerviosa.
El: ¿En serio eres tú?
Ella: Duh, tonto.
El: Eres demasiado hermosa.
Ella: ¡Cállate!
El: Tengo algo para ti.

(Saca la rosa y se la entrega mirando fijamente sus ojos mientras ella casi no puede sostenerla de los nervios)

Ella: Gracias... Qué hermoso.
El: No podía llegar con las manos vacías.
Ella: ¿Nos sentamos? Creo que tenemos demasiado de qué hablar...
El: Claro, vamos.

(Se sientan en el banco donde él esperaba en un principio y comienzan a hablar. Ninguno de los dos puede creer que el otro esté así; tan cerca)

El: Ven, vamos a los columpios.

(La toma de la mano y van corriendo como niños; se sientan a seguir conversando)

Ella: Dime, ¿soy como imaginabas que sería?
El: No... Eres aún más perfecta... A ti puedo tomarte de la mano y ver como te sonrojas cuando te ríes.
Ella: Cállate.

(Lo suelta y se cubre la cara con sus dos manos. El ríe tiernamente bajando la mirada y automáticamente volviéndola a subir finjandola en ella, al ver que se ruborizó por lo que dijo. Toma una de sus manos y empieza a jugar con sus dedos. Ambos se miran. Él le aparta el cabello de la cara rozando suavemente sus mejillas y ella toma su mano. Ambos sonríen, no pueden creerlo...)

Ella: Quiero ver la foto que le tomaste al cielo y la tuya.
El: Listo, pero no puedes burlarte de mi.
Ella: Trataré, pero sé que saliste muy feo.

(El saca la cámara y le enseña las fotos. Ella se queda mirando la foto de él con ternura y una sonrisa se forma en su cara)

El: Ya viste, jajaja devuélveme la cámara.
Ella: No, sonríe.

(Ella apunta la cámara hacia él y le saca una foto)

El: Hey!, tenemos que salir los dos, sino no vale.

(Él se levanta y toma la cámara; se inclina detrás de ella poniéndose a un lado y enfoca la cámara hacia los dos. En eso, sin querer, sus mejillas se rozan y él se aleja un poco para voltear a mirarla. Ella hace lo mismo y se miran mutuamente. Él se acerca y cierran los ojos. Roza sus labios con los de ella y empieza a besarla a lo que ella responde. Fue el beso más hermoso, el momento más hermoso en la vida de ambos. Al darse cuenta de lo que estaba pasando, se separan un poco y se abrazan. No quieren que ese momento se termine. Ella, tartamudeando y casi sin poder hablar de los nervios, finalmente dice: ¿Y la foto..?

El: Claro, la foto...

Ambos sonríen y él toma la foto. Se queda admirándola unos segundos y, sin quitarle los ojos de encima a aquella cámara, toma la mano de ella y la aprieta suavemente.

Él despierta con lágrimas en los ojos, le da un golpe a la almohada y se vuelve a dormir...





viernes, 28 de septiembre de 2012

Quiero *-*

  -  Y tú, ¿Qué quieres?
-¿Que qué quiero? Quiero levantarme por las mañanas y ver tu cara nada más al abrir los ojos, que me llames todos los días, que te preocupes si no estoy bien, que me preguntes, que me llames princesa,  que me abraces, que me beses, que te pongas celoso de otros chicos, quiero tenerte cerca, que intentes hacerme reír, que te mueras por verme todos los días, que me digas “te quiero” porque lo sientes, quiero vivir un sueño.. un sueño donde tú seas el príncipe que me haga feliz, y yo ser tu princesa, y más que todo, quiero que ese sueño se haga realidad.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Te esperaré...

Se despertó con lágrimas secadas en el rostro. Quiso pensar que solo era un sueño, tal como lo había dicho ayer por la noche. A lo mejor y ya no recordaba lo que había sucedido. Aun acostado, lo único que él podía hacer era mirar el techo y pensar en realidad lo que había pasado. Después de unos minutos se levanto de la cama. Sin aun hacer memoria de lo que había surgido, encontró un papel hecho bola tirada a lado de la cama.

 -16 DÍAS ANTES- POR TELÉFONO-

 Él: Como estas?
Ella:Contenta. Me aceptaron en la universidad…
Él: Cual? La de tus sueños? La que siempre me decías cuando éramos pequeños?
Ella: Si, esa merita. Estoy súper mega contenta porque al final logre lo que desde pequeña quise. Estudiar en el extranjero.
Él: entonces si te irás? Regresaras? Te olvidaras de mi? Pero…
Ella: pero nada. Obvio que no me olvidare de ti tonto. Tú eres como mi hermano. Un hermano que conocí desde la infancia… Y claro que regresare.
Él: si claro, hermanos de por vida.

Ellos siguieron conversando por unas cuantas horas. Al parecer a el no le agradaba la idea de que su amiga/hermana se fuera al extranjero a estudiar. Los dos vivían a 15 minutos lejos del uno al otro. Desde pequeños siempre fueron así, muy unidos.

Se conocieron en el jardín que estaba entre la mitad de ambas de sus casas. Era recreo cuando todo sucedió. Ella estaba sentada en la misma banca de costumbre comiendo su sándwich. El salió 5 minutos tarde a recreo, ya que su maestra le había dicho que lo ayudara a mover unas sillas. Cuando el salió a recreo, el hacia lo miso que ella. Se sentaba solo y disfrutaban de su comida. Pero estaba vez fue diferente, como ya se había perdido 5 minutos de recreo, quiso mejor caminar alrededor mientras se comía su torta de jamón. Mientras caminaba vio a una niña sola, sentada en la banca comiéndose un sándwich. No lo pensó dos veces y se dirigió hacia ella.

Él: Hola, me llamo Luis. Pero mi mama me dice Luisito. Me puedo sentar contigo.
Ella: Hola, si.
Él: De que es tu sándwich?
Ella: De jamón con tomate y lechuguita. Pero a mí no me gusta el tomate. A ti te gusta el tomate? Él: No, a mí tampoco me gusta esa cosa roja.
Ella: ahhh, okay.
Él: y cómo te llamas niña?
Ella: luz.
El: aah, okayy.

Y desde ese día comenzó una amistad entre Luz y Luis. Ambos tenían la misma edad, 5 años, y aunque estaban en salones diferentes, todos los días en recreo se juntaban y se sentaban en la misma banca de siempre para comer y platicar. Con el tiempo ellos se hicieron muy buenos amigos. La familia de Luz y Luis se empezaron a tratar y con el tiempo ambas familias formaron una gran amistad. Los dos eran tan unidos que, todo lo hacían juntos. No había un día donde ellos no hablaban. Conforme ambos iban creciendo, más tiempo compartían juntos. Iban a los juegos juntos, el parque, fiestas, a comer un helado. A veces Luis se quedaba hasta tarde en la casa de Luz platicando con ella, ayudándola con su tarea o jugando video juegos. Era una amistad tan hermosa que al parecer nada la podía romper. Ambos ya tienen 18 años. A una semana de que termine la escuela, Luis empezó a notar algo raro en si mismo. El ya no podía ver mas a Luz como una amiga/hermana había algo en él que, cada vez que la veía a ella, sonreía. Pero no sabía exactamente por qué sonreía. Porque ya era costumbre de sonreír al verla, o porque era una sonrisa de enamorado. Ambos se habían prometido que entre ellos nunca pasaría nada serio. Mientras Luz veía a Luis como un amigo, Luis veía a Luz como una ilusión. Pero por que pasa eso, por qué el amor nos enamora de lo imposible. Luis claramente sabía que no podía romper esa promesa. Entonces, mientras tanto que pasara. Luis quiso pensar que si le declara su amor a su amiga de la infancia, ella lo entendería. Que a lo mejor y se dan una oportunidad, pero y si no. Claro, todo poco a poco se iría al precipicio.

 -DOS TARDES DESPUÉS-

Él: Hola.
Ella: Hola.
Él: Como estas?
Ella: Contenta. Me aceptaron en la universidad…
Él: Cual? La de tus sueños? La que siempre me decías cuando éramos pequeños?
Ella: Si, esa misma. Estoy súper mega contenta porque al final logre lo que desde pequeña quise. Estudiar en el extranjero.
Él: entonces si te irás? Regresaras? Te olvidaras de mi? Pero…
Ella: pero nada. Obvio que no me olvidare de ti tonto. Tu eres como mi hermano. Un hermano que conocí desde la infancia… Y claro que regresare.
Él: Si claro, hermanos de por vida.
Ella: Si… El semestre no empieza hasta en dos meses, pero me voy en 2 semanas.
Él: pero por que tan pronto?
Ella: mi mama cree que esta mejor que me vaya lo más pronto posible, para que conozca donde viviré los próximos 4 años. Y creo que tiene razón, entre más pronto mejor. Qué emoción!!!
Él: pero.
Ella: No te preocupes, que el tiempo se pasara bien rápido.
Él: vendrás de vacaciones verdad?
Ella: eso tengo en mente. Pero lo que más importa ahorita es que, en dos semanas me voy.
Él: si que emoción. Felicidades. 

Era obvio que esa noticia le había partido el corazón a Luis. Ahora que será de él después de las dos semanas. Con quien se reirá, jugara video juegos, irá al parque. Para Luis los días de tristeza estaban contados. Pero que podía hacer el para que ella no se fuera ¡NADA! No le quedaba otra cosa que compartir esas dos últimas semanas con ella.

 -A UN DÍA ANTES DE QUE LUZ SE VAYA-

 Antes de que Luz se fuera al extranjero a estudiar, Luis tenía que decirle a ella como se sentía cada vez que la veía. Luis pensó que la mejor manera de decírselo era atreves de una carta, así ella la leerá en pleno viaje sin tener que recordarle la promesa a Luis. Con lagrimas haciendo presencia, agarro un papel y lápiz y empezó a escribir. No le tomaba mucho tiempo pensar en lo que tenía que escribir porque, lo que le el escribía, salía del corazón. 

 -AL DÍA SIGUIENTE EN EL AEREOPUERTO- 

Él: Te acuerdo cuando nos conocimos? 
Ella: Si, me acuerdo perfecta, Luisito. Ambos sonríen. 
Él: “De jamón con tomate y lechuguita. Pero a mí no me gusta el tomate. A ti te gusta el tomate?”
Ella: “No, a mí tampoco me gusta esa cosa roja.” 

Luis no sabía si darle la carta, no quería imaginarse la reacción de ella al leerla. Eran sus últimos minutos juntos, sus últimas palabras. Solo queda ese momento perfecto cuando se conocieron. Un recuerdo que ambos no olvidaran. Luis le agarra la a Luz y le dice. “Prometiste regresar, aquí estaré esperándote” Luz no sostiene el llanto y empieza a llorar. El la jala la mano y le da un abrazo. La abraza lo más fuerte que pueda. Quiere que ese abrazo se recuerde hasta que ella vuela. En el momento que Luis le da el abrazo, le pone algo en la mochila de Luz sin que ella se de cuenta, y le susurra al oído. “Te esperare” 

 -AL DIA SIGUIENTE- 

 Se despertó con lágrimas secadas en el rostro. Quiso pensar que solo era un sueño, tal como lo había dicho ayer por la noche. A lo mejor y ya no recordaba lo que había sucedido. Aun acostado, lo único que él podía hacer era mirar el techo y pensar en realidad lo que había pasado. Después de unos minutos se levanto de la cama. Sin aun hacer memoria de lo que había surgido, encontró un papel hecho bola tirada a lado de la cama. Al parecer era una carta. Estiro el papel & comenzó a leer lentamente. 

 -LA CARTA- 

“Hola Luz, si es que te di la carta, espero y la estés leyendo. Bueno, estas dos últimas semanas que pase contigo, han sido las mejores de mi vida. En realidad me cuesta pensar y aceptar que te has ido, que no te volveré a ver. Solo espero & este leyendo esta carta porque, quiero decirte algo. Se que desde pequeños ambos hemos mantenido esa promesa, que entren tu y yo no puede pasar nada. Pero solo explícame algo, como no puedo enamore de ti, si contigo básicamente he compartido casi toda mi vida. Quiero decirte que me gustas, que no me culpes por todo esto que siento hacia ti. Dios mío, Luz espero y estés leyendo la carta. Te voy a extrañar Luz. Voy a extrañar cada y una de tus sonrisas osa. Espero y también hayas recibido el anillo que esta en sobre. Ojala y ya lo tengas puesto. Porque quiero decirte que si te quieres casar conmigo? . Te esperare.”